Blockchain: un sello de confianza digital

Blockchain: un sello de confianza digitalSe conoce como la tecnología detrás del bitcoin. Sin embargo, el blockchain es mucho más que eso, y su uso promete revolucionar varias áreas de la industria.

¿Quién no quisiera saber exactamente el recorrido de un alimento, desde que entra en la cadena de valor hasta llegar a la mesa del consumidor? Más que la satisfacción de una simple curiosidad, esta posibilidad comporta una serie de garantías, que van desde la autenticidad en el origen del producto a la sostenibilidad de los métodos utilizados en su cultura / producción / captura, pasando por la certeza de que todo su «recorrido «Cumplió las normas reglamentarias exigidas.

Tecnología de alto potencial

¿Qué es, al final, el blockchain? Resumidamente, es una forma abierta y transparente de compartir datos a través de Internet, garantizando que éstos no pueden ser alterados o adaptados durante el «camino» que recorre en el ciberspacio. Es decir, puede decirse que es una especie de sello de garantía.

Imagine una hoja de cálculo duplicada cientos o miles de veces a través de una red de ordenadores. Ahora imagine que esta red actualiza con regularidad a dicha hoja de cálculo y que todos los usuarios tienen acceso a estas actualizaciones sin que puedan alterarlas o copiarlas. Esto es un blockchain.

La información que reside en un blockchain es, en el fondo, una base de datos compartida -y reconciliada de forma continua-, que no se almacena en un solo lugar, lo que significa que sus datos son verdaderamente públicos y su veracidad fácilmente verificable. Sin una versión centralizada de la información es prácticamente imposible su cambio por parte de los hackers.Portugal se unió a la iniciativa, que tiene como objetivo contribuir al progreso tecnológico aún más en esta área.

Además de los beneficios técnicos, el blockchain trae otras ventajas a las organizaciones. Por una parte, previene y evita pérdidas de datos y, por otra, asegura su transferencia segura y la veracidad de la información que se transmite y / o se consulta en línea.

Cuando hace 10 años, Satoshi Nakamoto (seudónimo de quien hasta hoy se desconoce la identidad) publicó el white paper sobre bitcoin, que por primera vez refería a la tecnología blockchain, nadie imaginaba que ésta ganara la importancia que hoy tiene. Su potencial es ahora reconocidamente enorme, con muchas empresas y países a desarrollar proyectos en las más diversas áreas, lo que extrava ampliamente la asociación con la criptomoeda que inicialmente tuvo.

La asociación europea para Blockchain es el ejemplo. Portugal se unió a la iniciativa, que tiene como objetivo contribuir a acelerar el progreso tecnológico en esta área con el fin de utilizar la información de otros países para el beneficio de una industria nacional blockchain. Lo mismo sucede con los demás socios europeos, que tienen la posibilidad de compartir entre sí las experiencias y resultados de estos proyectos.

Oro digital

A pesar de la evolución de la tecnología blockchain a lo largo de la última década y su aplicación a diversos sectores, el tema «bitcoin» no puede ser olvidado. La criptomoeda, a la que ya llamaron «oro digital», actualmente vale unos 106.800 millones de euros. Un valor considerable si tenemos en cuenta que hablamos de una moneda virtual.

El bitcoin fue creado en 2008, y desde entonces la criptomoeda ha funcionado sin problemas intrínsecos a la tecnología. Las saltos de seguridad que ocasionalmente ocurrieron se debieron a errores humanos, lo que significa, en el límite, que cualquier intento de corromper el sistema para apoderarse de bitcoins tendrá apenas como efecto la destrucción del valor de la criptomeda.

Actualmente se estima que existen cerca de 1600 tipos de criptomoedas similares al bitcoin, con posibilidad de aumentar exponencialmente con el desarrollo de la tecnología de blockchain durante los próximos años.

Por ahora, el Banco de Portugal (BOP) ya está probando la tecnología. A principios de 2018, y en el marco del SEBC (Sistema Europeo de Bancos Centrales), el banco central decidió integrar un grupo de bancos centrales nacionales (BCN) con el objetivo de analizar y experimentar las capacidades de plataformas blockchain. En una primera fase, como explica la asesoría de comunicación del BdP, el trabajo se centró en la utilización de la plataforma Hyperledger, utilizada recientemente en un caso de uso específico, del cual resultó la implementación de una red de blockchain para simulación de un sistema de pagos simple.

En una segunda fase, los BCN participantes fueron desafiados a presentar propuestas para casos de uso, en particular en los ámbitos de los sistemas de pagos y operaciones de mercado. «Se pretendía no sólo seguir explorando las capacidades de la plataforma utilizada, sino también discutir y percibir su adecuación y utilización y, consecuentemente, identificar los potenciales beneficios y plusvalías para la comunidad del Eurosistema», explica la fuente del banco. En esta fase, el BdP presentó una propuesta, que designó SecLending Chain. Esta iniciativa pretende garantizar la lista y el registro de préstamos de valores a instituciones financieras utilizando las capacidades descentralizadas inherentes a las plataformas de blockchain.

Blockchain en el día a día

Al igual que con la infraestructura de Internet, no es necesario tener conocimientos técnicos para aprovechar el uso de blockchain. Por otra parte, en el mundo financiero el recurso a esta tecnología ya ocurre de forma regular, con impacto no siempre visible en el día a día del ciudadano común. Por ejemplo, el Banco Mundial estima que alrededor de 377.500 millones de euros se han transferido en todo el mundo durante el año 2015 utilizando blockchain. En el año 2017, el valor de los bitcoins transaccionales rondó 1,75 mil millones de euros diarios.

Una de las grandes ventajas de estas transacciones pasa por la eliminación del intermediario. Las llamadas wallets, comunes en varias aplicaciones financieras y que permiten hacer pagos en línea, se basan en blockchain.

Con la garantía de seguridad que esta tecnología trae a las transacciones financieras, serán cada vez más los bancos y similares a adoptarla. Goldman Sachs prevé que el uso de blockchain permitirá ahorrar hasta 5.200 millones de euros al año en compensaciones y acuerdos relacionados con fallas de seguridad.

El blockchain también tendrá, a corto plazo, un fuerte impacto en el mercado de trabajo. Se necesitarán cada vez más especialistas y técnicos del área capaces de responder a las crecientes necesidades y proyectos. Entre diciembre de 2016 y diciembre de 2017, el número de puestos de trabajo relacionados con blockchain aumentaron un 207% a nivel mundial, como revela el portal de la cadena.com. Recuando hasta noviembre de 2015, la misma fuente apunta un crecimiento del 631% hasta el final de 2017.

¿Están las empresas atentas?

A pesar de que todavía está dando los primeros pasos, el blockchain ya forma parte de la agenda de gran parte de las empresas europeas. De acuerdo con un estudio de la PWC realizado en 15 países, el 84% de las organizaciones revelaron tener al menos algún involucramiento con la tecnología blockchain, tanto en proyectos piloto, como en el desarrollo de pruebas de concepto. Un interés que fácilmente se percibe mirando a las previsiones de Gartner. La consultora estima que el valor anual del negocio relacionado con blockchain es de 2,6 billones de euros (tres trillones de dólares) en 2030 y que el 10% a 20% de la infraestructura económica global corren en sistemas basados ​​en blockchain.

El estudio de la PWC revela además que los sectores más avanzados en el blockchain son los servicios financieros (46%), seguidos de lejos por la industria (12%), las utilities (12%) o la salud (11%). En lo que se refiere a las regiones que lideran el desarrollo de esta tecnología, Estados Unidos encabeza, con un 29%, seguidos de China, con un 18%.

Pero para que el blockchain entre realmente en el día a día de las empresas será necesario superar algunas barreras identificadas por los encuestados por la PWC. De estos, 48% eligen la incertidumbre regulatoria como el principal obstáculo, mientras que el 45% escogen la falta de confianza de los usuarios.

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