La inteligencia de datos al servicio de las empresas

Business Intelligence y Big Data son dos conceptos diferentes con un gran potencial de retorno para las organizaciones que deciden utilizarlos. En conjunto, son como el Hulk de los datos.

El recorrido de la transformación digital se ha ido recorriendo cada vez más empresas a una velocidad progresivamente mayor. El objetivo es simple: modernizar el negocio, la estructura organizacional y hacer crecer los indicadores de eficiencia financiera y laboral. A pesar de las diferencias en el grado de madurez en este proceso, las empresas tienen a su disposición diferentes herramientas y tecnologías que pueden ser centrales a la hora de dar el salto.

Una de las mejores instaladas en el mercado es, desde la década de los 80, el Business Intelligence (BI). El concepto surgió por el Garnter Group con la intención de ayudar a los gestores y responsables de la toma de decisiones a tener acceso a un mayor flujo de datos sobre el negocio, el mercado y los clientes para poder tomar mejores decisiones. A menudo se refiere como software de apoyo a la decisión precisamente por ello.

En el fondo, la ecuación que está en la raíz de la herramienta consiste en el cruce de informaciones provenientes de diferentes departamentos de una organización, desde lo financiero a la comercialización. Todos estos datos se almacenan en una única base de datos centralizada y se basan en DataWarehouses (Almacenes de datos, en lugar de los cuales pueden ser consultados por los distintos responsables de las estructuras empresariales.

En términos prácticos, lo que los sistemas de business intelligence permiten es una compilación, organización y análisis de los diversos datos disponibles, sean ellos relativos a la organización interna de la empresa o al comportamiento del mercado. A partir de aquí, quedan disponibles en cuadros de mando personalizables para facilitar la lectura de información por los diferentes niveles de la cadena de decisión.

Boda entre tecnologías

Teniendo en cuenta el acelerado ritmo de desarrollo tecnológico que caracteriza a las últimas décadas, sería de esperar que un concepto surgido en los años 80 estaría, por ahora, obsoleto. No es el caso de la inteligencia de negocios. En primer lugar, por la ventaja competitiva que ofrece a las empresas que lo utilizan y que, gracias a la herramienta, logran mantenerse en la curva de evolución del mercado; pero también porque ha venido, a lo largo de los años, a ser complementada con nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o el máquina aprendizaje.

De la misma forma que uno teléfono inteligente o un ordenador puede modernizarse con la instalación de nuevos software y aplicaciones, lo mismo sucede con el BI. Es decir, el matrimonio con otras herramientas le permite desarrollar y expandir su capacidad analítica, aumentando la fiabilidad de los datos generados y, por consiguiente, disminuir el riesgo en la toma de decisiones estratégicas de una empresa.

Con la integración de la inteligencia artificial y máquina de aprendizajese abre un nuevo mundo en lo que se refiere al tratamiento de datos: el reconocimiento de patrones, la detección de errores, la generación de análisis predictivos y de informes más precisos se convierte en una realidad importante a la hora de tomar decisiones.

Business Intelligence aliado a Big Data

Ya sea en el sector de la industria productiva, en los servicios de salud o en la educación, las aplicaciones de sistemas de recogida, organización y tratamiento de datos son inmensas. De la misma forma que las tecnologías de las que ya hablamos tienen la capacidad de potenciar la rendimiento de herramientas de BI, su conjugación con Big Data Analytics tiene el mismo efecto.

Esto significa que con el crecimiento exponencial de la generación de datos a la que hemos venido a ver en los últimos años, en gran medida por la mayor utilización de plataformas digitales, es necesario crear medios capaces de recoger, organizar y analizar informaciones en enorme cantidad a alta velocidad. Es aquí donde entra el Big Data, que procesa datos provenientes de aplicaciones móviles, redes sociales o cualquier otra fuente, y los organiza en dos áreas: datos estructurados y datos no estructurados.

La posibilidad de analizar grandes volúmenes de datos a su debido tiempo implica ventajas considerables para cualquier negocio. Se vuelve más simple detectar y predecir tendencias de mercado, analizar el desempeño de la competencia o definir estrategias y acompañar sus resultados en tiempo real, pudiendo intervenir en cualquier momento. Las ganancias son, por lo tanto, evidentes.

Los datos son el nuevo petróleo

El estar o no en el mercado de las tecnologías de la información (TI) es actualmente irrelevante para comprender la importancia de saber manejar grandes flujos de datos. Actualmente, todos los negocios, empresas y organizaciones que se quieran mantener en la vanguardia y en el liderazgo de sus mercados necesitan utilizar herramientas de gestión y análisis de información.

En un debate promovido por el diario expresar que, entre otros temas, discutió la importancia de los datos, el socio de Vieira & Almeida Asociados, Fernando Resina da Silva, defendió que «los datos son el nuevo petróleo». La justificación se refiere a la importancia creciente que éstos tienen para las empresas, en particular para la creación de nuevos productos y servicios, pero también para una segmentación cada vez más afinada y específica.

Zsuzsa Herczku, Partner Sales Manager de Cloudera, está de acuerdo con esta afirmación, aunque admite que todavía existe alguna dificultad en analizar y utilizar datos. La gestora defendió, en el marco del Lisboa BI Forum, que se realizó en noviembre, que extraer valor de los datos permanece una ventana de oportunidad poco aprovechada por la generalidad de las empresas. Según Herczku, cerca del 91% de las organizaciones no está logrando alcanzar una madurez en el análisis efectivo de datos – a sus ojos, menos del 50% de los datos estructurados se utilizan de hecho durante el proceso de toma de decisiones y, menos del 1% de los datos no estructurados se utilizan.

Como se defendió en el Lisboa BI Forum, la inversión de esta tendencia es posible y facilitada con la ya mencionada utilización combinada de diferentes tecnologías, desde el punto de vista máquina de aprendizaje a la inteligencia artificial.

La utilización de estas herramientas de apoyo a la decisión no es exclusiva de las grandes empresas y no debe considerarse de esta manera. Existen hoy soluciones adecuadas a estructuras de diferentes dimensiones que, si bien se utilizan, pueden ser la rampa de crecimiento por la que muchos negocios anhelan.

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