Es, quizás, uno de los sectores menos de moda cuando se habla de aplicación práctica de la tecnología, pero no por eso ha dejado la innovación de parte. Aprenda lo que está cambiando.
Lejos van los tiempos en que la mejor tecnología al servicio de la agricultura era know-how adquirido, y madurado, por los humanos a lo largo de miles de años. Hoy, la curva de la innovación se recorre con la ayuda de las últimas tendencias tecnológicas – no faltan sistemas alimentados por inteligencia artificial, robots y drones. El objetivo es hacer que las producciones agrícolas sean más sostenibles y mejor preparadas para el cambio climático y elevar el control de calidad de los productos agrícolas.
En este campo, y al contrario de lo que puede anunciar algún ‘viejo Restelo’ Portugal no ha perdido el tiempo y está desarrollando actualmente una serie de proyectos con un objetivo común: poner la innovación tecnológica al servicio de la agricultura y acelerar la transformación digital sector. Es en este contexto que surge el concepto agrotech, una forma de sintetizar el ecosistema que ha venido creciendo en torno a los agronegocios.
La ‘lucha’ para la difusión de este concepto en Europa ha puesto de relieve ciudades como Lisboa – qué foros que ya posean dedicados al tema, como Smart Cumbre Agroalimentaria – París, Berlín o Málaga, que se han hecho esfuerzos para mejorar la discusión, sino también para sensibilizar a los agricultores sobre las plusvalías de la utilización de herramientas tecnológicas. Es un camino largo y que cuenta con algunas empresas nacionales a recorrerlo.
Bienvenidos a Agricultura 4.0
Al igual que en otros sectores más tradicionales de la sociedad, también la agricultura está atravesando un momento de transformación. El digital está entrando, progresivamente, en la industria de varias formas y con varios objetivos distintos. Dependiendo de la actividad de cada uno, el portafolio tecnológico abarca la utilización de drones, robots, sensores, Internet of Things (IoT), inteligencia artificial (IA) o blockchain.
El objetivo es hacer que las producciones agrícolas sean más sostenibles y mejor preparadas para el cambio climático
En lo que se refiere a la producción agrícola, la utilización de sensores para identificar y anticipar eventuales problemas puede ser, en muchas campañas, fundamental. Estos equipos -que, además, van a ser cada vez más una presencia asidua en la sociedad, en particular en la construcción de las smart ciudades – permiten realizar análisis al aire, a la tierra o al agua. Hechas las mediciones, los resultados se muestran después a los productores a través de cuadros de mando con toda la información necesaria para la toma de decisiones.
Para Aidan Connolly, vicepresidente de innovación de Alltech, la utilización de los sensores será cada vez «más omnipresente en la agricultura», precisamente por la inmensidad de posibilidades que ofrecen a los agricultores. Sin embargo, el experto no olvida la importancia de la IA asociada a los sensores, ya que es esta tecnología que puede utilizar los datos recogidos y transformarlos en información útil. La apunta también como una de las principales tecnologías para ayudar a la innovación en el sector agrícola.
Connolly, que en 2017 publicó un artículo con sus apuestas sobre las principales tecnologías al servicio de la agricultura, recuerda la importancia que el blockchain puede tener en este proceso de transformación digital. Si bien es cierto que la reglamentación sobre todo el recorrido de la cadena alimentaria se ha vuelto más estrecha, sobre todo en la Unión Europea, también es cierto que el blockchain puede ayudar a los productores y empresarios en este tema. «Tener una fuente sólida de información confiable sobre los alimentos (incluyendo donde fueron cultivados, como fueron procesados, almacenados y transportados, quien estaba en el control en cada etapa) ha sido un desafío desde que la gente empezó a comprar alimentos. Hoy en día, con una cadena alimentaria cada vez más global y requisitos de cumplimiento cada vez más complicados, la cadena de información es más importante que nunca «, señala.
En Portugal, el proyecto Gran Ojo – Pesca inteligente, desarrollado por la compañía BitCliq, basado en Caldas da Rainha, es un ejemplo, aunque no es un proyecto agrícola, pero relacionado con la pesca. La utilización de blockchain en el proyecto tiene por objeto añadir «confianza digital» entre el pescador y el consumidor y rastrear todas las etapas de la captura del pescado, desde el mar hasta el plato. Pero esta es sólo una de las vertientes del Big Eye, que integra también tecnologías como la gran fecha, cloud computing, IoT, comunicaciones por satélite e inteligencia artificial. «El gran objetivo de esta tecnología es ayudar a los equipos de gestión en tierra a tener una visión 360º sobre las operaciones que se desarrollan en el mar», explica Pedro Araujo Manuel, CEO y fundador de BitCliq. De esta forma, las operaciones se optimizan y se vuelven más eficientes, al mismo tiempo que se controlan los patrones de sostenibilidad. La plataforma produce informes e indicadores de gestión en tiempo real, que permiten tomar decisiones más rápidas e informadas.
Aunque no está entre las previsiones futuralógicas de Connolly la utilización de drones y robots para el control de producciones, éstos no sólo serán herramientas importantes para el sector como ya están en el campo. La Región Vitivinícola del Duero ha sido ejemplo de ello. Por ser una de las más importantes zonas de producción de vino, los grandes jugadores del mercado han apostado por la investigación y el desarrollo de soluciones que permitan minimizar el impacto del cambio climático, pero también hacer que las producciones sean más eficientes y de alta calidad.
Es el caso de Sogrape, que en los últimos años ha invertido en la utilización de sensores meteorológicos, tecnología espacial y de detección remota, entre varias otras, para lograr lidiar mejor con plagas y con la escasez de agua. También en el Duero, Symington ha recorrido el mismo camino – se unió a universidades españolas, una empresa francesa y otra inglesa en las pruebas a VineScout. Se trata de un robot financiado por la Unión Europea (a través del programa Horizonte 2020, con 1,7 millones de euros) que permite hacer mediciones relacionadas con el estado hídrico de la vid, la temperatura del follaje o el vigor de la planta.
Plantar tecnología y obtener éxito
El papel de la innovación tecnológica y de la transformación digital es fundamental en la creación de fundaciones para el futuro. De las ciudades al campo, sin olvidar la economía del mar, son muchas las aplicaciones que pueden ayudar a alcanzar objetivos comunes a las sociedades desarrolladas: una agricultura progresivamente más sostenible e inteligente.
Sin embargo, para llegar allí es necesario seguir invirtiendo en la innovación, en la I + D, y unir las dos mayores bazas de la humanidad – el conocimiento intrínseco de los secretos de la tierra y el potencial del conocimiento tecnológico.